Con el paso del tiempo es inevitable que nuestro rostro sea un reflejo claro de nuestro recorrido, de los años vividos y sobretodo de la forma que los hemos vivido. Surgen arrugas, flacidez, y algunas manchas que muestran el envejecimiento natural de nuestra piel.

El paso del tiempo y la exposición a factores ambientales como la radiación ultravioleta, el tabaco, el alcohol, el estrés, son factores claves que fuerzan el deterioro de la piel.

Con la suma de los años, la renovación natural de las células cada vez se ralentiza con más frecuencia, y esto, sumado a los factores anteriores, convierte a tu piel en un cutis deshidratado, sin luminosidad, disminuye el tono y aparecen las fatídicas manchas y arrugas.

No debemos esperar a que las arrugas, líneas de expresión o manchas ya estén en nuestra piel, sino, que debemos cuidarnos con una crema supervisada por un profesional para evitar al máximo que nuestra piel se vea maltratada con el paso del tiempo.

Así que, desde jóvenes hay que confiar en productos de alta calidad que aseguren resultado de eficacia, tolerancia y adecuación a cada piel. No hay que elegir la crema que lleva tu amiga, tu vecina, o cualquiera que creas interesante por un anuncio de tv. Hay que estar siempre bajo el consejo experto y la supervisión de un profesional  que te ayude a escoger la mejor crema  para su tipo de piel.

La piel es la parte más visible de nuestro cuerpo, por lo tanto, no dudes en cuidártela, hidratártela y usar la crema correcta para tu rostro.

Lo notarás, lo notarán.

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