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El envejecimiento de la piel, las manchas, la piel deshidratada o grasa son problemas habituales para muchos pacientes. Y para conseguir esa piel tan deseada es necesario acudir a tratamientos estéticos específicos que nos ayudarán a recuperar la luminosidad de antaño.

¿POR QUÉ ENVEJECE LA PIEL?

El paso del tiempo deja huella en nuestra piel, que envejece por dos motivos o causas: las extrínsecas y las intrínsecas.

El envejecimiento extrínseco

Está relacionado con el tipo de vida que llevamos, es decir, factores como el tabaco, el estrés, la mala alimentación y la exposición excesiva al sol aceleran el proceso de envejecimiento de la piel. Aunque en pequeñas dosis, la radiación ultravioleta resulta beneficiosa, ya que es esencial para la producción de Vitamina D y mejora nuestro estado de ánimo. Sin embargo, el efecto más perjudicial para nuestra piel es el ejercido por la exposición a la radiación ultravioleta (radiación UVA y UVB solar): que provoca arrugas, flacidez, pérdida de elasticidad y aspecto deshidratado de la piel. Este envejecimiento producido por el sol, se le llama FOTOENVEJECIMIENTO.

El envejecimiento intrínseco

Se refiere al determinado por nuestra herencia genética. Los signos intrínsecos del envejecimiento son esas las líneas finas que suelen aparecer bien entrados los veinte o a principios de los treinta, que es cuando la piel empieza a perder firmeza.

A medida que envejecemos las líneas se hacen más profundas y el rostro cambia de forma debido a la pérdida de grasa y hueso.