Es un procedimiento que se realiza en medicina estética en el que, a través de la fricción de la piel y mediante un instrumento abrasivo, conseguimos que nazca piel nueva para que sustituya a la anterior. Es decir, una exfoliación controlada de las células muertas de la piel que renueva la epidermis y estimula la dermis. Esta técnica se utiliza para tratar las cicatrices, manchas y el daño solar. Sus resultados son generalmente notables y duraderos.

¿Cómo se realiza?

Se realiza mediante una puntas recubiertas con partículas de diamantes con diferentes graduaciones y un sistema de vacío.Las puntas se deslizan sobre la superficie del rostro y el sistema de succión aspira las partículas muertas de la piel.

Este tratamiento no invasivo no produce casi ninguna molestia ni requiere ningún anestésico tópico o local, siendo preciso espaciarlo en dos a tres semanas antes de repetirlo. Es un procedimiento que puede utilizarse conjuntamente con otros tratamientos para el rejuvenecimiento facial, y así conseguir resultados más espectaculares.

* El número de sesiones y su duración dependerán de la severidad de cada caso.