Los labios son una de las partes más importantes de nuestro rostro, de hecho “una buena sonrisa es la mejor carta de presentación” por esa razón hay que saber tratarlos muy bien. La gente en general, tiene miedo a retocar esta zona, porque vemos multitud de desastres a nuestro alrededor: labios deformados, artificiales, etcétera.

En cambio, cuando un labio se trata bien, nadie lo va a notar, pero se tienen que tener en cuenta varios aspectos, como que el labio es una estructura compleja porque la piel es muy fina y debajo hay una mucosa que está muy vascularizada, de aquí el color rosado de nuestros labios. También es una zona que está en continuo movimiento: hablamos, comemos, bebemos, besamos…

A parte de estos aspectos más anatómicos, para tratar el labio también tenemos que entender cómo envejece. Porque con el paso de los años pierden volumen, definición y grosor, pues vamos perdiendo colágeno y elastina. El continuo movimiento de esta zona va marcando unas finas líneas en el contorno, el conocido “código de barras”. Pero también, al envejecer las estructuras óseas de soporte de alrededor de los labios se atrofian: el hueso maxilar se va desgastando y con ello la boca queda más hundida, el mentón se adelanta y la punta de la nariz desciende.

¿Sabes que tratamientos podemos realizar para mejorar el labio?

* El número de sesiones y su duración dependerán de la severidad de cada caso.